¿Cómo se creó el universo?
¿Cómo se creó el universo?
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Sin embargo, antiguamente, estas tribus tienen una cosmogonía muy interesante y su mito de la creación no es la excepción. Los yorubas llamaron a sus deidades, Orishas, término que podría traducirse como “dueños de la cabeza” y actualmente se sabe que existen poco más de 400 orishas.
De acuerdo con el mito de la creación, al inicio existían lo dioses Olorun (deidad de los cielos) y Olokun (deidad del abismo acuático), ellos engendraron a dos dioses: Obatalá y Orunmila. El primero le pidió permiso a su padre para crear la Tierra y así, conectar los cielos y el abismo acuático, a lo que su padre lo envió a buscar consejo con su hermano Orunmila (dios de las profecías). Este le entregó una lista de 7 objetos necesarios para crear la Tierra: una larga cadena de oro, una concha de caracol llena de arena, una gallina blanca, un gato negro y una semilla de palmera; su hermano le dio seis de los siete objetos en una bolsa.
Obatalá acudió a los dioses quienes le entregaron su oro para hacer una cadena que ató a una nube y comenzó a descender del cielo, sin embargo, la cadena no llegaba hasta el abismo acuático y cuando Obatalá se percató de ello, escuchó desde el cielo a su hermano Orunmila indicarle que debía verter la arena de la concha y soltar a la gallina para que excavara. Es así, que se crearon las colinas y valles, entonces Obatalá saltó a una de las colinas para admirar la tierra y después plantó la semilla de palma que creció y esparció más semillas provocando que se extendieran por toda la tierra.
El dios, fascinado por su creación, se estableció en la tierra junto al gato negro y cuando comenzó a aburrirse excavó hasta encontrar arcilla, con la que modeló personas como él para hacerle compañía, sin embargo, trabajó tanto que cuando se detuvo a descansar el gato negro le ofreció las alegrías del vino de palma y el dios comenzó a beber desmesuradamente.
Después de una noche de beber y bailar, el dios cayó en estado de estupor y continuó moldeando personas, que ahora estaban llenas de imperfecciones. Sin embargo, el dios de los cielos, al percatarse de que su hijo no volvía, envió a su hermano a la Tierra donde él, creó todo lo que nada por el agua, todo lo que se arrastra por el suelo y todo lo que vuela por el aire.
Cuando Obatalá, regresó en sí, ofendido por lo que Orunmila había hecho (por petición de su padre), subió a los cielos a reclamarle, pero ante la indiferencia de su padre por su ira, le pidió entonces que les diera vida a sus creaciones de arcilla. Sin embargo, al regresar a la tierra se percató de lo que había hecho y se convirtió en el protector de la humanidad, de sus enfermedades, desgracias y defectos que se explican debido al día en que el creador bebió demasiado.